Consejos y trucos para lograr que el gato deje de arañar los muebles
Nadie duda que los gatos son una compañía adorable. Nos llenan de cariño con sus mimos y nos divierten con sus picardías. Pero en muchas ocasiones también logran ponernos los pelos de punta, por ejemplo cuando rasguñan los muebles desaforadamente y no hay forma de quitarles esa costumbre.
Aunque parezca imposible hay maneras de evitar que destruyan el mobiliario.
¿PORQUÉ LOS GATOS ARAÑAN LOS MUEBLES?
El gato no rasguña los muebles con la intención de destruírlos, sino porque son ideales para mantener sus uñas en condiciones.
Recordemos también que los felinos que viven en la naturaleza rasguñan los árboles para dejar sus huellas y marcar territorio. No sólo dejan las marcas de las garras sino también el olor que desprenden las glándulas que se encuentran en las almohadillas de sus patas.
Por lo tanto lo que hacen nuestros pequeños felinos es repetir un comportamiento que es innato de su especie.
¿QUÉ HACER PARA QUE EL GATO DEJE DE RASCAR LOS MUEBLES?
– La primer alternativa es comprarle o fabricarle un “rascador”.
En las tiendas de mascotas hay para todos los gustos y si no podemos comprar al menos nos servirán de idea para hacerle uno en casa.
– Otra opción es conseguir trozos de madera y pasar por ellos la hierba gatera. Esta hierba tiene el efecto de atraerlos, de esa forma se dedicarán a rascar esa madera y dejarán de lado los muebles.
En caso de no conseguir madera también pueden servir trozos de tapetes o alfombras viejas.
– Si nada de esto funciona hay que recurrir a ciertos efectos que ellos detestan.
Por ejemplo, cuando el gato comienza a rasguñar un mueble hacemos un ruido desagradable.
Golpear una lata o usar cualquier objeto que produzca un sonido estridente.
Incluso podemos golpear las manos con fuerza, siempre evitando que sepan que el ruido lo hacemos nosotros.
Los gatos detestan los ruidos y asociarán que cuando arañan los muebles se produce ese sonido espantoso, por lo tanto dejarán los muebles en paz con tal de no escucharlo más.
– Una opción poco simpática es rociarles agua en la cara en el mismo momento que comienzan a rascar los muebles.
El secreto está en que no vea que eres tú quien le arroja agua, para ello puedes envolver el rociador con un paño o camuflarlo para que él crea que ese efecto lo causa el propio mueble.
– En algunos casos funciona rociar los muebles con ahuyentador de gatos en spray o aerosol ya que el olor les resulta desagradable y evitarán acercarse.
Con esta solución hay dos problemas, uno es que no todos los muebles se pueden rociar con el producto y el otro es que a algunos gatos no parece molestarles el aroma.
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